Actualizar tu PS5 Slim o Fat con un SSD M.2 es una de las mejoras más inteligentes que puedes hacer si quieres más espacio para juegos y una carga ultrarrápida. Sin embargo, esta instalación no es tan simple como abrir la consola y colocar la pieza; hacerlo mal puede reducir el rendimiento, provocar fallos y, en el peor de los casos, dañar componentes internos.

Aunque Sony ha facilitado el proceso, la realidad es que todavía muchos gamers cometen errores básicos: no usar disipador, colocar mal el espaciador, olvidar la tapa de la ranura… pequeños descuidos que pueden tener consecuencias grandes.

En esta guía voy a mostrarte los errores más comunes que arruinan tu PS5 al instalar un SSD y cómo evitarlos paso a paso, para que amplíes tu almacenamiento de forma segura y sin sustos.

1. No desconectar todos los cables antes de instalar el SSD en tu PS5

Parece un paso obvio, pero es uno de los errores más frecuentes. Instalar un SSD M.2 con la consola aún conectada no solo pone en riesgo tu PS5, también tu seguridad. Antes de empezar, asegúrate de:

• Apagar completamente la consola, no solo ponerla en modo reposo.
• Desconectar el cable de alimentación para evitar cualquier descarga eléctrica.
• Retirar el cable HDMI y cualquier otro cable de conexión.
• Desenchufar todos los periféricos como mandos, discos externos o adaptadores USB.
• Colocar la PS5 sobre una superficie limpia y plana para trabajar con estabilidad y sin rayar la carcasa.

Seguir estos pasos evita cortocircuitos, daños accidentales y te permite trabajar con total seguridad. Recuerda, la instalación del SSD es sencilla, pero la preparación lo es todo.

2. Instalar un SSD sin disipador de calor

Uno de los errores más graves —y a la vez más comunes— es colocar un SSD M.2 sin disipador. Puede parecer que no pasa nada, pero la realidad es que el calor excesivo afecta el rendimiento, acorta la vida útil del SSD y, en casos extremos, impacta en la temperatura interna de tu PS5.

Antes de instalarlo, ten en cuenta:

• PlayStation recomienda el uso de disipador siempre, incluso en modelos de alta gama.
• El disipador ayuda a mantener una temperatura estable durante sesiones largas de juego.
• Sin disipador, el SSD puede sufrir throttling térmico, haciendo que las velocidades de carga bajen.
• Si tu SSD no trae disipador integrado, elige uno de perfil bajo que encaje perfectamente en la ranura y permita cerrar la tapa sin forzarla.
• Asegúrate de que sea un modelo compatible con las dimensiones y especificaciones oficiales de Sony.

Un buen disipador es una inversión en estabilidad y durabilidad para tu consola y tus juegos.

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3. No colocar correctamente el espaciador en tu PS5

Ese pequeño accesorio que viene dentro de la ranura de expansión —el espaciador— no es un simple adorno. Su función es mantener el SSD M.2 nivelado, fijo y correctamente alineado con el conector. Colocarlo mal o no ponerlo puede provocar fallos de lectura, desconexiones y hasta daños físicos en el puerto.

Para instalarlo correctamente:

• Retira el tornillo que asegura la ranura de expansión.
• Ajusta el espaciador a la posición que corresponda según el tamaño de tu SSD (2230, 2242, 2260 o 2280).
• Coloca el SSD encima del espaciador con cuidado, alineando la ranura con el conector.
• Vuelve a colocar el tornillo para fijar el SSD, sin apretarlo demasiado.
• Comprueba que queda firme y nivelado antes de cerrar la tapa.

Un espaciador bien puesto garantiza que el SSD funcione al máximo y evita problemas por movimientos o vibraciones durante el uso.

4. Olvidar reinstalar la cubierta de la ranura

Puede parecer un detalle menor, pero dejar la ranura de expansión sin su cubierta es un error que puede costarte caro.

Esa tapa no solo protege el SSD M.2 del polvo y la suciedad, también forma parte del sistema de ventilación interna de la PS5. Sin ella, el flujo de aire se altera, lo que puede provocar un aumento de temperatura tanto en el SSD como en otros componentes de la consola.

Además, la cubierta evita que el disipador quede expuesto, reduciendo el riesgo de daños por golpes o manipulación accidental. Por eso, una vez que termines la instalación, asegúrate siempre de volver a colocarla tal y como estaba, encajando bien en su sitio antes de cerrar la consola.

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Conclusión

Instalar un SSD M.2 en tu PS5 Slim o Fat es una mejora que transforma tu experiencia de juego, pero solo si se hace correctamente. Errores como no desconectar los cables, olvidarte del disipador, colocar mal el espaciador o dejar la ranura sin su cubierta pueden afectar el rendimiento, acortar la vida útil de los componentes e incluso provocar daños irreparables.

Si quieres que tu consola rinda como el primer día, toma estos pasos en serio y realiza la instalación con calma y siguiendo las recomendaciones oficiales. Recuerda que un buen montaje no solo te da más almacenamiento, sino que también protege tu inversión a largo plazo.

Ahora cuéntame tú: ¿Ya has instalado un SSD M.2 en tu PS5 o estás pensando en hacerlo?
¿Qué modelo has elegido o cuál tienes en mente? Déjame tu respuesta en los comentarios y así compartimos experiencias para ayudar a otros gamers de la comunidad.